miércoles, marzo 13, 2013

LAS ENFERMEDADES ORGANIZACIONALES


Autor: Jorge Luis Flores Romero
Publicado: La Primera de Puebla, 20 de febrero de 2013.

El objetivo de este artículo es desarrollar dos ideas centrales de sus correspondientes autores, ambos preocupados por estudiar por qué las organizaciones no alcanzan a sobrevivir en esto que conocemos como la turbulencia del mercado neoliberal.

En estricto, la operación y funcionamiento de las organizaciones pueden verse afectados por diversos padecimientos, mismos que al no ser detectados ni atendidos a tiempo, pueden derivar en una crisis de salud organizacional. Por supuesto, es comprensible y deseable que los especialistas y responsables de la dirección y control intervengan a tiempo, pues si los ejecutivos y directores empresariales estuvieran en posibilidades de actuar en forma oportuna y con efectividad, presentando propuestas y el tratamiento necesario a las diversas enfermedades, quizás podrían sanarlas y asegurar así, su permanencia y éxito en la vorágine que contextualiza y distingue a las economías actuales.

Es real el hecho de que muchas empresas y organizaciones perviven enfermas, con una menguada pero sostenible salud financiera que asegura su permanencia en los mercados, hoy día, altamente competitivos. Por esta razón, líderes y dirigentes deben tomar muy en cuenta los primeros síntomas, que casi siempre se traducen en malos funcionamientos, es decir, problemas de salud organizacional que se van a reflejar en un bajo rendimiento o productividad. Situación que da pauta a la metáfora de la salud del cuerpo y la mente humanos, y en general de cualquier organismo.

Para abordar el tema central de este trabajo, habría que introducir al lector en esta metáfora desarrollada ampliamente por Henri Savall, quien afirma en sus escritos que la organización es como el cuerpo humano, tiene una cabeza, es decir, un líder. Que tiene también un “brazo derecho”, y quizás el dedo meñique”de la estructura sea un puesto o función específicos. La organización puede tener un “cerebro” que coordina un cuerpo articulado, consciente, con actividad motriz, orgánica y mental.

Si así se percibe a la organización, observaremos que a veces “no avanza”, como si las piernas no le funcionaran. Organizaciones sostenidas por un cuerpo cansado, enfermo. Otras veces, se tienen problemas de visión, y auditivos. Pareciera que no escucha, no ve, no hace caso a lo que pasa en su entorno, o nos damos cuenta de síntomas de esclerosis, insuficiencia respiratoria e incluso, avisos de un próximo infarto.
Podemos ir siguiendo esta idea de la organización como un cuerpo vivo. Un cuerpo que siente, que funciona, que trabaja, pero que también se enferma, y sus enfermedades pueden ser del cuerpo, o de la mente. De simples a graves, pasajeras, crónicas o mortales.
La segunda idea central de este trabajo proviene Vincent De Gaujelac, estudioso del amplio campo del conocimiento que abarca la administración, dirección, planeación, estrategia, negociación y el manejo del conflicto en las organizaciones, que desde la perspectiva posmoderna se debe percibir primero como una entidad social, viva, y por tanto, sujeta como todo ser a las afecciones y enfermedades, pero además, cada empresa, institución u organización, se distingue por su dinamismo y su complejidad lo que hace de su estudio una labor ardua y por demás muy especializada. La comprensión y análisis sistémicos de esa complejidad, es decir su estudio profesional, profundo y total, debe así  comprender tanto a las funciones como a los colaboradores y actores organizacionales, en donde cada elemento no es sino una célula de ese gran organismo que en su gran conjunto, vienen a conformar y dar vida a esa construcción social que conocemos como organización, producto social deliberado que comparten el hecho de que sin excepción, más tarde o más temprano, adolecen de alguna o varias de las enfermedades que las describen como disfuncionales.

Tenemos así las dos ideas centrales ya delineadas: La funcionalidad y las enfermedades. Ambas constituyen los ejes centrales de la metáfora que aquí se ha explicado. Las enfermedades organizacionales.

La relevancia de abordar este tema es debido a que las economías locales y mundiales, se sostienen justamente en esa bastedad de organizaciones, que en estricto sentido, son todas susceptibles de enfermar.

¿La cura a las enfermedades? Extraño, la medicina y el medicamento no provendrán necesariamente de las ciencias de la administración o de la gestión. Corresponderá y debe ser un producto interdisciplinario, pues participan la antropología, la sociología, las ciencias del comportamiento, la psicología, la etnografía y la lingüística, entre otras disciplinas. Un conjunto de ciencias que a su vez conforman la amplia perspectiva de los estudios organizacionales, campo en el que se prepara a los especialistas en el diagnóstico y el análisis organizacional, es decir, a los médicos de las organizaciones.

No obstante, no habrá cura ni enfermedad tratable sin la voluntad y la disposición de los líderes y los gerentes, y de aquellas personas responsables de emprender las propuestas de cambio organizaciones.
Nada es posible sin la colaboración humana y la disposición al cambio.

** El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com.

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