jueves, mayo 09, 2013

La educación es una pastilla de liberación prolongada


Autora: Rocío Barragán de la Parra
Publicado: Puebla on Line, 22 de abril de 2013

     Desde hace tiempo ronda en mi cabeza la idea de que la educación provoca en los estudiantes el mismo efecto de una pastilla de liberación prolongada y, por ende, el desarrollo de un tratamiento médico puede asemejarse al efecto que provoca el proceso educativo en los alumnos; luego de sostener varias charlas con amigos, alumnos, maestros y con el Doctor Óscar Soto Ordoñez, médico ortopedista, coordinador del Departamento de Enseñanza del ISSSTEP, me pareció que la idea no era tan descabellada y ahora les comparto algunas reflexiones.
     En 1969, Norman Leo Henderson y Louis Nasir Elowe inventaron y patentaron las cápsulas de liberación prolongada, este hecho revolucionó la forma de prescribir los medicamentos, ya que al espaciar el tiempo de consumo entre las dosis, se brindó a los pacientes un tratamiento médico menos agresivo y esclavizante, sin sacrificar su recuperación y bienestar. Esta idea parece sencilla, pero no lo es, sobre todo si se considera  la cotidiana reticencia que mostramos en el cuidado y preservación de la salud.
     Cuando tenemos en casa un enfermo o nosotros enfermamos, es usual  evitar la visita al doctor y aún más complicado cumplir a cabalidad el tratamiento asignado, culturalmente creemos que si nos sentimos bien podemos abandonar el tratamiento y probablemente no volvamos al chequeo o por el alta médica, con ello entendemos que el cuidado y atención de nuestra salud es un proceso  poco atendido y valorado; cotidianamente lo desestimamos y lo volvemos a considerar sólo si la salud se complica o agrava.
     Lo mismo pasa en el proceso educativo cuando los alumnos desean que el profesor no llegue, no asigne tareas o no considere la asistencia a clases, es decir, no desean ser diagnosticados, ni cambiar su estado actual de aprendizaje y formación por uno de mayor crecimiento y oportunidades. Cuando el docente, igual que el médico, pone atención en el alumno y diagnostica actividades para apuntalar o desarrollar la profesión, genera experiencias profesionales o espacios de disertación con sus compañeros, es común escuchar quejas por la excesiva cantidad de trabajo o por el tratamiento que el maestro asigna al buscar guiar a sus alumnos a un estado de bienestar y plenitud profesional.
     Como un tratamiento médico, la formación profesional requiere de un proceso continuo de atención y acompañamiento, de manera que al finalizar un plan de estudios le garantice al estudiante no sólo la obtención de un título y cédula profesional, sino  el desarrollo integral de competencias para su desempeño; lo que equivale a una alta médica donde el doctor garantiza el estado de salud del paciente al verificar el cumplimiento del tratamiento, las revisiones médicas y la correspondiente rehabilitación.
     Una prescripción adecuada es clave para garantizar el aprovechamiento de los beneficios y la reducción de los riesgos que los medicamentos son susceptibles de proporcionar. Cuando las sustancias son de liberación prolongada; éstas descargan gradualmente su principio activo en el organismo, permitiendo que durante su viaje, aquel reciba poco a poco la mayor cantidad de sustancia mientras ésta se descompone, licua y absorbe, manteniendo así los niveles deseados en el torrente sanguíneo; del mismo modo, una adecuada gestión del aprendizaje puede posibilitar a los futuros profesionistas el desarrollo equilibrado de sus conocimientos, habilidades y actitudes.
     Contrariamente a lo que se puede pensar, el proceso educativo no concluye con los estudios universitarios y tal como sucede con un paciente rehabilitado que valora y aprecia la salud recuperada;  es cuando los egresados se incorporan a la vida laboral y ponen en función las capacidades adquiridas cuando suelen valorar lo aprendido en la Universidad.
     Como suele sucederle al médico que acompaña cercana, asertiva y afectuosamente a su paciente; los alumnos regresan a la Institución con una mirada diferente, comprometida y generosa hacia lo aprendido. Es entonces que la profesión del médico o del maestro, cobran sentido y alcanzan su verdadera dimensión; ése es el momento clave donde la pastilla de liberación prolongada logra su efecto: Trascender en los procesos médicos o educativos para impactar, en la vida de la personas  al posibilitar estados de mayor plenitud y felicidad;  de manera que, dos esferas profesionales que parecen disímbolas se pueden conectar cuando colocan en el centro de su accionar el mismo objetivo: El ser humano. 

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