martes, septiembre 24, 2013

México Lindo y querido

Autora: Rocío Barragán de la Parra
Publicado: La Primera de Puebla, 19 de septiembre de 2013

     ¿ Voz de la guitarra mía, al despertar la mañana quiere cantar su alegría a
mi tierra mexicana; yo le canto a sus volcanes a sus praderas y flores que
son como talismanes del amor de mis amores. México lindo y querido, si
muero lejos de ti que digan que estoy dormido y que me traigan aquí?.
Así versan las dos primeras estrofas de esta hermosa canción escrita en
1921 por el niño poeta, el michoacano Chucho Monge, su letra es capaz de
exaltar uno de los sentimientos más profundos que un ciudadano puede
experimentar por su país: amor por la patria, sentimiento que pareciera,
mermado ante la compleja e incierta realidad que hoy nos toca vivir.
Estamos en el mes patrio y el reciente fin de semana largo enmarcó la
conmemoración del 203 aniversario de la Independencia de México, sin
embargo, y a diferencia de otros años, el ambiente y las manifestaciones
de festejo como juegos artificiales y adornos en las calles, locales
comerciales y casas habitación parecen haber disminuido, como si la
incertidumbre prevaleciente en diversos escenarios ante la situación
económica, política y social que nos aqueja hubiese reducido el ánimo 
festivo tan característico del mexicano; y si bien pueden sobrar razones
para ello, me parece que podemos abordar el tema desde otra
perspectiva, que ahora me permito compartir.
Vivir en familia implica tener la capacidad de procurar el bienestar de sus
integrantes, fortalecer su relación a través de la convivencia, la ayuda
mutua, el compartir las responsabilidades y privilegiar los derechos de
quienes la conforman. Al interior del hogar se debe tener claro que la
equidad y el respeto entre sí es fundamental para generar un clima de
interdependencia que respete la libertad que cada uno tiene para pensar,
decidir y actuar individual e independientemente, siempre considerando
que las consecuencias de lo decidido impactaran al grupo. El apoyo, los
afectos y el cuidado de la relación que se genera entre los integrantes de
la familia se procura y alimenta diariamente en cada una de las
situaciones cotidianas de la vida; de manera que cuando surge un festejo,
como puede ser un cumpleaños, onomástico, logros personales,
familiares, escolares o laborales se generan espacios nutricios de
celebración para conmemorar, es decir tener memoria, privilegiar,
reconocer lo que se ha hecho manifiesto cada día. Lo mismo debiese
ocurrir en nuestro país y al conmemorar las fiestas Patrias, más allá de
una postura patriotera de diversión y fiesta, tener la capacidad de recuperar
aquello que cada uno ha hecho para hacer de nuestro País un mejor lugar
para (con) vivir.
Si bien es cierto que no podemos incidir en todas y cada una de las
decisiones que los organismos gubernamentales y las instituciones
públicas toman definiendo el rumbo del país y enmarcando, a través de las
políticas públicas, los grandes temas de desarrollo social como la salud, la
educación, los servicios públicos, la seguridad, la infraestructura, el
empleo y el combate a la pobreza; lo que si podemos hacer como
miembros de esta gran familia que es México es trabajar día con día para
ser mejores ciudadanos, practicar el voto razonado, usar el cinturón de
seguridad, respetar al peatón y las señales de tránsito, utilizar los puentes
peatonales, evitar usar la calle como basurero, respetar (opiniones
diferentes, espacios públicos, lo ajeno, las decisiones de los otros),
administrar y ahorrar tiempo, dinero, esfuerzo(incluyendo la idea de NO
desperdiciar, reciclar y reutilizar), cuidar nuestro entorno (afectivo,
social, ambiental), trabajar con pasión y compromiso en las tareas
asignadas ya sea en la escuela, casa o trabajo, consumir productos
nacionales (apostar a la idea de que lo hecho en México está bien hecho),
pagar nuestros impuestos (a pesar de la controvertida Reforma
Hacendaria), comprar en el mercadito, menos televisión e internet (más
lectura y diálogo interpersonal), ayudar a la persona de al lado, evitar la
tentación de mentir (válido también para las famosas mentiritas blancas y
omisiones), dejar de pelear, imponer o controlar, (disfrutar las cosas
simples de la vida, escuchar ideas diferentes), no discriminar, juzgar o
suponer, disponerse para el servicio a los demás; hacer de cada día un
espacio de aprendizaje, plenitud y felicidad, compartir lo que tienes, pero
sobre todo lo que eres y contribuir con ello a un México diferente donde la
justicia, la equidad y el desarrollo social sea posible... ?Que me entierren
en la sierra, al pie de los magueyales y que me cubra esta tierra, que es
cuna de hombres cabales?.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla. Este
texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com
Sus comentarios son bienvenidos

No hay comentarios.: