lunes, octubre 21, 2013

¡Un llamamiento a la docencia!



Autor: José Rafael de Regil Vélez datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 08 de octubre de 2013

 Los docentes son la clave de un mejor futuro para todos. Ellos inspiran, estimulan y empoderan a ciudadanos del mundo innovadores y responsables. Contribuyen a que los niños vayan a la escuela, permanezcan en ella y aprendan. Cada día ayudan a construir las sociedades del conocimiento inclusivas que necesitamos para mañana y el siglo por delante.

Los profesores han tenido un lugar destacado en nuestras mentes y corazones. Cuando pensamos en ellos nos acordamos de aquellos que quedaron inscritos en nuestra memoria, bien sea por su dedicación, paciencia y buen trato; o porque de su mano aprendimos cosas que nos resultaron importantes para la vida; o por todo lo contrario. El 15 de mayo, el día del maestro en nuestro país, pensamos en estos apóstoles de la educación y en general nuestros sentimientos son benevolentes.
                Sin embargo, poco nos detenemos a considerar el origen y las carencias iniciales de los docentes, las condiciones laborales y sueldos que tienen. En este momento se podrá decir que los maestros de las escuelas públicas no están tan mal pagados, puesto que las prestaciones que tienen son envidiables, que no las goza ningún otro asalariado en el país, y puede que se tenga razón, sin embargo en el magisterio público la mayoría no gana grandes cantidades. En contra parte hay un gran número de profesoras y profesores en el sector privado en situación verdaderamente precaria desde el punto de vista laboral: bajos sueldos y tal vez prestaciones mínimas de ley.
                Más todavía. Difícilmente un ciudadano se detiene a pensar la situación en la que se encuentra la formación profesional de quienes practican la docencia. A pesar de que en 1984 Miguel de la Madrid decretó la transformación de la educación normal en licenciatura y ya no en estudios casi técnicos posteriores a la secundaria, las normales quedaron relegadas de la educación superior brindada en universidades, con un nivel académico en general inferior, por ejemplo, a otras licenciaturas en educación. La capacitación magisterial en general es técnica y el acceso a posgrados de investigación o profesionalizantes para los maestros algo muy caro.
                Y en esta línea: a no ser que los propios hijos vayan a una escuela llena de carencias, difícilmente alguien piensa en lo difícil que es educar cuando no hay aulas, o mesas, o sillas, o recursos para apoyar las clases; cuando en las escuelas particulares los dueños de las mismas tienen pánico a los padres de familia y mantienen en vulnerabilidad continua a su profesorado frente a los reclamos de airados progenitores que creen que ellos entienden mejor que nadie qué es educar.
                Con el objeto de tener una efeméride que nos ayude a reflexionar sobre las condiciones en las que se accede al trabajo educativo y en las que se desempeñan los empleados de la educación, en 1994 la Organización de las Naciones Educativas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lanzó el Día Mundial del Docente, en conjunto con la Internacional de la Educación.
                El día fue elegido en memoria de una reunión intergubernamental que hubo en París el 5 de octubre de 1966 y fue promovida por esa dependencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Su producto fue la emisión de la Recomendación relativa a la situación del personal docente, en la cual, a decir de la propia UNESCO:
… se enuncian los derechos y las responsabilidades de los docentes, y los criterios internacionales que deben regir la formación inicial, capacitación posterior y  contratación, así como las condiciones de trabajo, enseñanza y aprendizaje en el magisterio. En el documento figuran varias directrices relativas a la participación de los maestros en la toma de decisiones en materia educativa, mediante la consulta y la negociación con los encargados de adoptarlas. Desde su aprobación, la recomendación ha sido considerada como un importante conjunto de lineamientos para promover la condición docente en pro de una educación de calidad.     
                Así, el Día Mundial del Docente es una fecha para reflexionar, celebrar, revisar lo relativo al magisterio, su aporte a la educación de calidad, que es base del crecimiento de cualquier pueblo, y las condiciones de su reclutamiento, su asalariamiento, su capacitación, su promoción.
                Este 2013 la celebración fue convocada bajo la idea fuerza “¡Un llamamiento a la docencia!”, por la UNESCO, la OIT, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Internacional de la Educación y el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). El slogan condensa la apelación de estos organismos para que haya en todos los países del mundo un mayor número de docentes, mejor capacitados y adecuadamente apoyados (en salario, condiciones laborales y de formación permanente, etc.).
                Hay déficit de maestras y maestros en el mundo y muchos de quienes se desempeñan ya en la profesión requieren mayor acceso a oportunidades que les permitan entender la educación más ampliamente que la mera transmisión de conocimientos y puedan entender los propósitos, métodos y técnicas que ellos mismos han de diseñar para estar a la altura de su tarea.
                El trabajo magisterial debe ser revalorado socialmente, mejor pagado y realizado en condiciones dignas laborales. Los docentes han de poder participar realmente en las decisiones de las políticas educativas que les conciernen.
                Celebrar al magisterio no es llenarse de sentimientos y emociones de gratitud o rechazo  sino pensar que lo que va de por medio en la forma en la que dignifiquemos esta profesión es nada más y nada menos la educación de calidad que se necesita a fin de que todas las personas podamos ser competentes para dejar este mundo mejor que como lo hemos encontrado, en situación de mayor justicia y condiciones de vida digna para cada vez más contemporáneos nuestros.
                Hagamos nuestro el llamamiento a la docencia. Empujemos porque haya más maestros, más capaces, mejor formados, mejor remunerados. Respetemos su labor. Cada uno de quienes nos enfrentamos a esta convocatoria tenemos un papel qué jugar, bien sea porque diariamente tratamos con los profesores, bien sea porque tomamos las decisiones para que tengamos la educación que verdaderamente merecemos.



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