jueves, enero 16, 2014

Una dosis de humildad

Autor: Ma. Teresa Abirrached Fernández Ibero
Publicado: Síntesis Puebla, 12 de diciembre de 2014

     El crecimiento personal y profesional es una meta inherente al ser humano; es un sueño que nos lleva a empeñar nuestro esfuerzo, con la idea que si aprendemos más y acumulamos experiencia, seremos mejores personas.Cuando una institución nos otorga un grado académico, nos comprometemos a poner nuestros conocimientos al servicio de la sociedad y continuar preparándonos para ser mejores, pero al pasar del tiempo se nos olvida.El ejercicio de la profesión nos hace especialistas en algún tema, al grado de que nos "creemos" muy buenos. De ahí a la soberbia, hay sólo un pequeño paso.Hace unos días platicaba con un amigo al que admiro y me comentaba que está asistiendo a un curso de redacción. Mi primera reacción fue de incredulidad: ¿cómo un periodista de profesión, Maestro y que además escribe con mucha elocuencia asiste a un curso de redacción básica? De la incredulidad pasé a la sorpresa por su respuesta: "Lo tomo con mucha humildad, ya que siempre hay algo que aprender".Según la Real Academia de la Lengua Española, la humildad es la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo a este conocimiento. Sin embargo, va más allá. Es una característica propia de las personas modestas, que no se sienten más importantes o mejores que los demás, independientemente de los logros alcanzados. Miguel de Cervantes decía que "la humildad es la base y fundamento de todas las virtudes y que sin ella no hay alguna que lo sea", ya que más que un concepto, es una forma de vida y es signo de fortaleza.Curiosamente, a los pocos días, otro amigo me platicaba que asistió a un curso de mercadotecnia y le comenté que me atrae la idea de inscribirme en un curso de este tipo.Mi amiga Bety contestó: "Cómo una maestra en mercadotecnia como tú, que dicta cátedra en maestría-"Sí me gustaría, y además lo haría con toda humildad, porque nunca se es demasiado sabio para aprender, ni demasiado pequeño para enseñar.La autora es profesora de laUniversidad Iberoamericana Puebla.Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.comSus comentarios son bienvenidos



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