jueves, febrero 20, 2014

La tarea del Profe

Autora:  Rocío Barragán de la Parra, datos del autor haz click aquí
Publicado: La Primera de Puebla, 13 de febrero de 2014

     Hace algún tiempo leí por casualidad un pequeño pensamiento 
que enlistaba la tarea que un profe debe hacer para crear una 
relación armoniosa con su grupo y promover el aprendizaje de 
forma trascendente y significativa. Como me encontraba en un 
sitio público en una reunión de otra índole me di a la tarea de 
anotar esos nueve preceptos que ahora me inspiran a reflexionar 
sobre el tema y dejarlo a su consideración.
     ESTAR PRESENTE, Ésa es la primer tarea docente que alude no a 
la presencia física en el aula, sino a la capacidad que 
desarrollamos para acompañar con toda nuestra voluntad, 
nuestros sentidos y nuestra profesión a cada uno de nuestros 
alumnos en el proceso educativo, asumirnos como facilitadores 
más allá de los contenidos temáticos impartidos para disponernos 
a incidir en la formación personal y profesional de otro ser 
humano.
     PRESTAR ATENCIÓN, labor compleja pero crucial en la educación; 
va más allá de escuchar y atender dudas o comentarios; implica 
la cualidad de integrar toda nuestra capacidad de observación 
para poder dar lectura a lo que sucede en el grupo como 
colectivo, pero también a atender y entender el impacto que 
nuestro trabajo tiene en cada alumno; qué sucede con su 
aprendizaje intelectual, emocional y humano.
     ESTABLECER LÍMITES, ésta es sin duda una de las encomiendas 
que asemejan más el trabajo docente al de la paternidad; saber 
crear un clima de confianza e intimidad para aprender pero sin 
perder de vista que el profesor tiene un rol diferenciado y éste 
es clave para llevar a buen puerto el objetivo formativo 
encomendado; me gusta definirlo como la cualidad de manejar la 
relación en un ambiente amorosamente firme.
     RESPETAR, no sólo la relación con cada uno de los miembros de 
la clase, su individualidad y diversidad; sino también la propia 
labor docente, la investidura y el papel desempeñado en el aula 
que implica preparar cada una de las clases, retroalimentar las 
tareas, llegar puntual a las sesiones y, sobre todo tener siempre 
presente que
la palabra convence pero el ejemplo arrastra. El 
respeto en cualquier relación es el principio para inspirar y 
ejercer un liderazgo altamente efectivo y trascendente.
     ACEPTAR la diversidad y pluralidad de ideas, los diversos 
contextos en los que cada alumno se desenvuelve para 
enriquecer con ello los espacios de la clase; disminuir la
distancia que prevalece entre los alumnos que les cuesta más 
trabajo relacionarse, interactuar, aprender o participar. Aceptar 
también, las limitaciones y carencias que tenemos en el ejercicio 
de la profesión, para entonces desarrollar un plan de mejora 
docente que permita fortalecer nuestras competencias.
     ALENTAR, ésta es una de las tareas más nobles y perseverantes 
en la docencia, proveer de aliento a los participantes para que 
no desfallezcan si los resultados obtenidos no son de inicio como 
esperan, apuntalar sus fortalezas, trabajar con sus debilidades 
para obtener acciones de
largo aliento, que les permitan ser 
capaces no sólo de aprender para el curso, sino para 
comprometerse con la vida, con su vida.
     BRINDAR SEGURIDAD, no en cuanto a la calificación otorgada; sino 
a posibilitar ambientes nutricios de aprendizaje plural, en diálogo 
y disertación sobre lo que se aprende, con interacción entre los 
alumnos y el profesor; crear climas de confianza que privilegien 
el aprendizaje colaborativo, la libertad de expresión y la 
responsabilidad de lo que se dice o hace.
     GENERAR ESPERANZA, ser capaces de proveer a nuestros 
estudiantes de un corazón lleno de fe; que camina en la certeza 
de lo posible a sabiendas de que los procesos de crecimiento no 
son fáciles ni expeditos; pero si oportunidades que detonan lo 
mejor de cada uno y, en ese andar, vamos construyendo caminos 
y sueños con diferentes viajeros, de los que aprendemos y a 
quienes impactamos con cada una de nuestras acciones.
     INTERESARSE por los alumnos, ésta es quizás la tarea más noble 
de todas porque supone comprometerse pero con madurez, esta 
idea quizás se clarifica mejor a través de la anécdota de la gallina 
y el cerdo:
-¿qué se necesita para hacer huevos con jamón? - 
dijo un día el maestro -huevos y jamón contestaron los alumnos; 
así es -dijo el maestro-, la gallina se comprometió a 
proporcionar los huevos, para el jamón al cerdo le fue preciso 
involucrarse
.
     Esta última tarea docente integra de algún modo las anteriores, 
las implica y entrama apuntalando el compromiso amoroso y 
trascendente de la docencia y clarificando también los posibles 
riesgos, si no sabemos equilibrar nuestro trabajo y las relaciones 
que a partir de ella generamos.
     Estas nueve tareas tienen un solo propósito: posibilitar seres 
humanos habilitados para vivir en plenitud, para asumirse más allá 
de su profesión como aprendices de vida y transformadores 
sociales; como dijese el P. Alfonso Nicolás SJ, General de la 
Compañía de Jesús,
No se trata de formar a los mejores del mundo sino 
los mejores para el mundo
.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla. 
Este texto se encuentra en: 
http://circulodeescritores.blogspot.com

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