martes, marzo 11, 2014

El liderazgo como un legado personal

Autor: Rocío Barragán,
Publicado: e-consulta, 24 de febrero de 2014

     A tono de una dinámica planteada para los chicos de la clase con los que tengo el placer de compartir; hace unos días empecé a releer el libro "Liderazgo al Estilo de los Jesuitas", escrito por Chris Lowney; al adentrarme nuevamente en él pude constatar dos situaciones: la primera es que cuando nos damos oportunidad de releer un libro, el texto representa nuevos desafíos, la mirada con la que volvemos a enfrentarnos a la lectura es otra y nos permite descubrir horizontes nuevos o afianzar conceptos, ideas u oportunidades que muy seguramente en el primer recorrido fueron imperceptibles u obviamos.
     La segunda idea que me ha rondado fuertemente en la cabeza y me motivó a compartir esta reflexión es, justamente, el punto medular del libro: El liderazgo y el compromiso que implica desarrollar nuestras habilidades en su ejercicio; comprender el para qué y cómo ser un líder.
     Desde mi humilde perspectiva uno de los factores detonantes para que Lowney pudiera desentrañar de manera tan profunda y provocadora el ejercicio del Liderazgo fue por un lado, el hecho de haber pertenecido a la Compañía de Jesús, mientras que por otro lado, el hecho de verse inmerso en otra compañía (la Institución bancaria JP Morgan) de índole e intereses diametralmente diferentes, le permitió entender y valorar el modelo planteado por los Jesuitas hace casi 500 años.
     Supongo que ese discernimiento (ejercicio muy Ignaciano por cierto), le permitió compartir su aprendizaje desde una postura mucho más profunda a la que tradicionalmente se maneja en las esferas organizacionales o de desarrollo humano, planteándolo más allá de consejos o técnicas, como un ejercicio interno y una decisión trascendente de servicio a los demás.
     Lowney sostiene que "Todos somos líderes y toda nuestra vida está llena de oportunidades de liderazgo", si esto es así, entonces debemos preguntarnos qué tipo de testigo somos con quienes nos rodean; cómo atendemos y escuchamos las necesidades y deseos de nuestros semejantes; como buscamos atenderlas y satisfacerlas sin atropellarlos; ¿me percibo capaz de estar atento y de servir?, ¿realmente esto es cierto?; de tener una respuesta afirmativa entonces la vocación del servicio ha germinado y entenderemos pues que "El liderazgo lo define no sólo la magnitud de la oportunidad, sino la calidad de la respuesta emitida".
     "El medio más eficaz de liderazgo es el conocimiento de sí mismo que permite enfrentar el mundo con una visión coherente", éste es el primero de los cuatro pilares del liderazgo conocido como autoconocimiento; esa capacidad de sabernos débiles para ciertas acciones o determinados momentos y fuertes en otras circunstancias; pero siempre en constante proceso de (re/des)aprendizaje.
     Ingenio o innovación es la segunda columna que fundamenta el Liderazgo al estilo de los Jesuitas, construir bases sólidas para ser capaces de adaptarnos al mundo cambiante y tener siempre "un pie levantado"; virtud que sólo se cultiva si practicamos la obediencia y el respeto para comprender que no podemos permanecer de forma indefinida en una situación, labor, lugar o incluso apegados a las personas, estar siempre "ligeros de equipaje" para que, cuando sea el momento, retomemos el camino o emprendamos nuevas experiencias.
     El Amor, es el tercer eje del liderazgo, entendido como la capacidad de ver(me) en el otro, de abordar a mis semejantes con actitud positiva y acompañarlos detonando sus propios procesos de crecimiento, potenciando nuevos líderes; al respecto Lowney dice " El liderazgo no es un acto es una manera de vivir, un modo de proceder; el liderazgo es pues la vida real del líder".
     La caridad es lo más parecido al amor, no en la falsa idea que hoy prevalece de compartir lo que no quiero o me sobra, sino como la capacidad de donación de sí mismo, de entregar(se), confiar y disponerse con lucidez y honestidad.
     El heroísmo, conforma el cuarto pilar y debe ser concebido más allá de la noción hollywoodense a la que el término puede remitirnos. Debe entenderse como la capacidad de fortalecerse a sí mismo y a los demás para las encomiendas cotidianas, ¿dónde está la gente que necesita un líder motivador e inspirador; que saca y promueve lo mejor de sí y de los demás?;.
     Para preguntarnos qué tipo de líder soy y que tipo de liderazgo ejerzo lo primero que debo clarificar es que "Todo liderazgo es ante todo liderazgo de mí, nace de mis creencias y actitudes personales y define mi legado personal", ¿quieres seguir?, entonces pregúntate ¿tu liderazgo define lo que eres?, ¿tu esencia?, ¿da cuenta de tu ser en constante evolución?... si aún no tienes las respuestas, no importa lo más valioso es que, por lo pronto recuerdes que el liderazgo es una manera de vivir, de ordenar tu vida y hoy puede ser un buen momento para empezar a identificar qué te hace líder, qué impacto tienes en la gente que te rodea y qué quieres hacer con eso que sucede.
     La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.
     Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com
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