lunes, marzo 24, 2014

La vulnerabilidad en la vejez

Autora: Ma. Guadalupe Chávez Ortiz
Publicado: Puebla on Line, 07 de marzo de 2013


     México es un país que envejece, así lo muestran las cifras del INEGI y las proyecciones para los próximos años, en la actualidad ocho de cada cien habitantes son adultos mayores, las expectativas de vida de la poblaciónde 60 años se incrementó en 8.8 años para las mujeres y 7.6 para los hombres (CONAPO),razón por la cual el envejecimiento es un desafío y una preocupación para las instituciones de salud, seguridad social, instituciones educativas, ámbitos políticos y familiares.
     CONAPO estima que para el año 2020 habrá 10 millones 227,209 adultos mayores de 65 años, es decir que el 8.5% de la población se encontrará en este grupo de riesgo y vulnerabilidad. Para el año 2050 se esperan 28 millones 695,621 personas mayores de 65 años, lo cual representará el 22.5% de la población, este grupo estará representado por un adulto joven que ahora cuente con 30 años de edad.
     Según la Organización Mundial de la Salud los grupos de ancianos en situación de vulnerabilidad y riesgo son los grupos de ancianos mayores de 80 años, los que viven solos en una vivienda, las mujeres ancianas sobre todo las solteras y viudas, los que viven en instituciones, los que están socialmente aislados, los ancianos sin hijos, los que tienen limitaciones severas o discapacidades, las parejas de ancianos donde alguno sufre de enfermedad y los que cuentan con escasos recursos económicos; podemos entonces afirmar que el 90% de los ancianos que viven en nuestro país son vulnerables.
     Vayamos analizando algunos datos; La mayor vulnerabilidad en la vejez se relaciona con la salud, por la probabilidad de enfermar con mayor facilidad que en otras etapas de la vida, la vejez posee patologías específicas que se manifiestan con la ancianidad como son osteoporosis, artrosis, artritis, alteraciones en próstata,hipertensión, accidentes vasculares e infarto de miocardio, tanto para hombres como mujeres las principales causa de muerte en nuestro país son la diabetes y enfermedades del corazón.
     No solo las enfermedades físicas representan la vulnerabilidad de los adultos mayores, también aquellas ligadas a los aspectos psicológicos y emocionales, como lo es la depresión, según ENSANUT (2006),el 11% de la población mayor a 65 años presentaba síntomas que se manifiestan generalmente como tristeza, llanto fácil, falta de concentración, trastornos del sueño, aislamiento e irritabilidad, situaciones que ponen en riesgo su calidad de vida pues en ocasiones también presentan ideas suicidas.
     A medida que avanza la edad, la discapacidad aumenta pues se van presentando diversas dificultades, según INEGI (2010) el 72.4% de la población mayor a 80 años presenta dificultades en las actividades de caminar o moverse como son: bañarse, vestirse, desvestirse, ir al baño o desplazarse, le siguen las limitaciones en vista con un 27.1% y las de escucha con un 22.4%, lamentablemente cuando se presenta una discapacidad también aumenta le dependencia con familiares, lo que conlleva a una reorganización en la dinámica familiar y que genera en muchas ocasiones un desgaste emocional del cuidador pues implica poner mayor atención en las actividades propias y en las del adulto mayor.
    Las nuevas estructuras familiares también generaran un problema a futuro pues en la actualidad quien cuida al adulto mayor es la familia, ya sea la hija, nuera o nietos, las familias reducidas o sin hijos afectaran la disponibilidad de contar con una ayuda en la vejez o bien tendrán que contar con un cuidador formal que realice las tareas de cuidado.
     Entre los hombres adultos, uno de cada cuatro vive con la cónyuge frente a solo una de cada 8 mujeres, esto se debe a la mayor sobrevivencia de las mujeres, quienes enviudan más rápido, condición que se acentúa luego de los 75 años, el censo de 2010 de INEGI arrojo que el 34.8% de los hombres eran viudos frente a un 70.6% de mujeres, situación que vuelve más vulnerable a las mujeres pues tendrán que pasar más años solas enfrentando las dificultades propias de la edad.
     Durante la vejez las necesidades de apoyo económico aumentan, en muchas ocasiones por que no cuentan con un salario fijo, porque las jubilaciones son limitadas, datos de la UNAM arrojan que el 34.9% de la población mayor a 65 años no cuenta con una pensión o jubilación, lo que les lleva a buscar trabajos informales o depender económicamente de los familiares, de igual forma en algunas ocasiones los escasos recursos se canalizan a otros gastos como salud o pago de vivienda.
     Estas dificultades frente a la vejez nos deben poner alertapues la vulnerabilidad es real y muy cercana, ojala estas condiciones sean un reto y una oportunidad para atender a nuestros adultos mayores desde el escenario que nos corresponda.
La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

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