martes, abril 08, 2014

Nos compete aniquilar la esclavitud moderna

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 17 de marzo de 2014

     Se encuentra en el tuétano de nuestra paradójica forma de ser: por cada opción en la que acertamos a encontrar caminos para vivir humanamente, generamos otra que denigra, que cosifica. Así ha sido desde siempre, pero algo ha cambiado en ese contradictorio panorama: la conciencia que vamos teniendo cada vez más sólida y compartida de que la invitación de ser lo más cabalmente personas que puedan ser que toda mujer y todo hombre reciben desde su nacimiento -independientemente de la condición social, política o económica en la que haya sucedido-; la conciencia de que tenemos derecho a exigir aquello que requerimos para vivir más libres, más justos, más críticos, más creativos, más solidarios, más integrados afectivamente, más abiertos a trascender; la conciencia de que la finalidad de nuestra propia vida es justamente vivirla y por ello no somos medio de nadie ni de nada.
      Y con esa lucidez es como hemos ido tomando partido por lo que humaniza y no por lo que veja, lo que pretende quitar dignidad de sujeto a un ser humano para volverlo cosa, objeto.
      Por eso condenamos que aunque hoy ya no veamos en países como Estados Unidos trabajadores  ni situaciones como los que magistralmente retrataran en 1876 el Tom Sawyer de Mark Twain o actualmente la galardonada cinta de Steve McQueen "Doce años de Esclavitud", sí nos encontramos con que en este momento, en todo el mundo, hay personas que carecen de la libertad porque alguien indebida e injustamente a asumido dominio sobre ellas, intentando desaparecer el hecho de que cada ser humano es fin de sí mismo y nunca medio de otra persona.
      Hace 14 años -el 15 de noviembre- la asamblea de la Organización de las Naciones Unidas aprobó  el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de las personas, especialmente mujeres y niños, como complemento de la Convención de las Naciones Unidad contra la delincuencia organizada trasnacional. México lo firmó en diciembre de ese año y el Senado de la República dos después. En el nivel diplomático y el político comenzó a ponerse el tema en la mesa.
      En el artículo 3 se dice que: "Por "trata de personas" se entenderá la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos."
      En el 2014 sabemos que retener a un ser humano para explotarlo sexualmente, con trabajos y servicios fozados, servidumbre, esclavitud o extracción de órganos no va, es deleznable. Contamos con una ley, promulgada en junio de 2012, llamada Ley general para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata de personas y para la protección y asistencia a las víctimas de estos delitos. Pero todavía falta mucho por hacer.
      Fue lo que en la mañana de este lunes 17 de marzo de 2014 quisieron decir los firmantes del acuerdo denominado "Global Freedom Network": católicos, musulmanes egipcios, anglicanos (iglesia cristiana de Inglaterra), convocados por la Walk Free Foundation. Representantes de los líderes de estas religiones -abiertos a la incorporación de muchas más- hicieron un llamamiento a erradicar toda forma de esclavitud moderna por la capacidad de destrucción violenta de más de 30 millones de personas que encierra. Pidieron que se unan todas las manos y todos los corazones para garantizar la libertad a todas las personas: "Vamos a caminar con ellos hacia la libertad".
      Caminar con ellos hacia la libertad... es la tarea que tiene muchos rostros y oportunidades. Comienza en el corazón y la inteligencia de cada uno, de cada familia, de cada una de las instituciones que en la sociedad educan: escuela, iglesias, asociaciones humanitarias. 
      Tiene que ver con educar en el conocimiento, el cuidado y la difusión de los derechos humanos, en inventar prácticas pedagógicas y metodológicas que permitan experimentar a cada niña y cada niño, mujer u hombre que jamás podrán ser reducidos a cosa, que son dignos porque son fin y no medio. 
      De igual forma tiene que ver con prevenir, con fortalecer a quienes en la niñez y la adolescencia son sumamente vulnerables o por su pobreza extrema o por la soledad que experimentan (que los hace fáciles víctimas de enamoradores que son en realidad tratantes), por la creación y el mantenimiento de organismos que trabajen contra la violencia doméstica, la misoginia, las condiciones desiguales de empleo.
      Luchar contra la esclavitud implica formación cívica, acción policiaca (hace seis años no había en este país cuerpos policiacos con capacitación específica en trata de personas), reacción jurídica y judicial. Iniciativas organizadas para vigilar que no sean comprados productos realizados con trabajo explotado y esclavo y mucho menos que haya tráfico de órganos.
     Es un hecho que esto ocurre, pero también que tenemos conciencia de que su acontecer no es digno, ni justo, ni ético, ni socialmente aprobable, ni jurídicamente sostenible. Con ella podemos comprometernos de manera diferente ante un problema tan añejo.
      Para todos hay, si lo queremos podemos volvernos competentes para ser más humanos y generar humanidad a nuestro alrededor. Hay que erradicar toda esclavitud moderna.






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