lunes, mayo 12, 2014

13 pistas para un buen diálogo en el aula

Autora: Laura Angélica Bárcenas Pozos, datos de la autora
Publicado: La Primera de Puebla, 27 de marzo de 2014


     Cada vez estoy observando con más frecuencia en mis clases, la 

poca tolerancia de mis alumnos para dialogar cuando no hay 

acuerdo. No se está dispuesto a escuchar al otro y a considerar 

que tal vez haya la posibilidad de que el otro, ese que piensa y 

ve el mundo de un modo distinto al mío, tenga la razón. Eso se 

llama poca apertura y poca tolerancia.

     Hace un par de décadas tomé un diplomado sobre Filosofía para 

Niños que buscaba desarrollar habilidades del pensamiento en los 

pequeños a través del diálogo. Esta es una propuesta que 

desarrolló el filósofo norteamericano Mathew Lipman y que 

formó parte del boom del desarrollo cognitivo que caracterizó a 

la década de los noventa del siglo pasado.

     Es pertinente reconocer que toda esta ola ya fue superada, pero 

la estrategia de comunidad de cuestionamiento, así como las 

pautas para establecer un buen diálogo que platea Lipman, 

puede aprovecharse en el aula para favorecer procesos más 

democráticos.

    Lipman marca trece características del diálogo filosófico y lo 

distingue de una simple charla de café:

1. Exigir y dar razones: En este punto se promueve que los 

estudiantes no hagan afirmaciones sin que éstas tengan un 

sustento, así que si un miembro de la clase nota que se hace una 

afirmación sin sustento, debe exigirse que se establezca, o bien 

si se afirma algo hay que sustentarlo.

2. Tomar en cuenta el contexto: También era importante que las 

personas que participan en un proceso educativo, tengan claro 

el contexto en el que se desarrolla este para tomarlo en cuenta, 

o bien que todos los participantes tengan claro de qué se habla, 

antes de entrar en diálogo.

3. Respetar las ideas de otros: Este es un punto central, pues si 

de entrada no hay respeto por las ideas de los otros, no hay la 

posibilidad de un diálogo. Se considera que no todos tenemos 

que pensar igual y que debemos hacer consciente de esto a 

nuestros alumnos, además de que en esta diferencia radica la 

riqueza del diálogo.

4. Ser consistentes: Este cuarto elemento es muy importante 

pues las personas pueden cambiar de parecer cuando se da un 

buen diálogo, sobre todo si hay

buenos y sólidos argumentos, pero estos cambios de parecer 

deben darse sólo cuando una persona ha agotado todas sus 

posibles argumentaciones y si no se agotan debe mantenerse en 

la misma línea de pensamiento.

5. Hacer preguntas relevantes: Lipman distingue entre dos tipos 

de preguntas, las que dan información, que pueden ser 

importantes en cierta parte del diálogo; sin embargo asegura que 

las preguntas importantes son aquellas que nos obligan a pensar 

sobre lo que estamos pensando y esas preguntas son las que 

debemos fomentar en nuestros alumnos, para profundizar en su 

pensamiento.

6. Detectar presuposiciones: También hay que fomentar que los 

alumnos puedan detectar presupuestos, de los que están llenos 

nuestros pensamientos y que a veces guían o determinan la 

forma en que pensamos. Ayudar a identificar estos presupuestos, 

nos permite identificar las trampas en las que hemos caído en 

nuestro propio pensamiento.

7. Ser abierto a las ideas de otros: Este es otro de los aspectos 

importantes y que está muy relacionado con el respeto, pues 

lleva a considerar las ideas de los otros como valiosas e 

importantes, o en el último de los casos da la posibilidad de 

otorgarles el beneficio de la duda.

8. Desarrollar sus propias ideas: Este es muy sencillo, pues el ser 

humano genera ideas en todo momento, pero lo importante es 

que sean propias, ayudar a los alumnos a identificar, cuáles son 

sus ideas y cuáles son las ideas de los medios, de la familia, de los 

amigos, de los autores, etc.

9. Elaborar ideas conjuntamente: Ayudar a los alumnos a 

identificar aquellas ideas que se construyeron a partir de las 

ideas de los otros y que están fortaleciendo las ideas propias.

10. Considerar seriamente las ideas de otros: Considerar que las 

ideas de los otros son importantes sólo por el hecho de vienen 

de alguien que también piensa y percibe el mundo de un modo 

distinto al propio, mostrando que hay otras formas de percibir 

este mismo mundo.

11. Escuchar atentamente: Aunque es uno de los que se 

encuentra al final de la lista, es uno de los más importantes, pues 

sin esta habilidad, no hay posibilidad de iniciar un diálogo 

auténtico.

12. Aceptar correcciones: Este es otro necesario, pues no 

siempre estamos dispuestos a aceptar que no siempre estamos 

pensando de manera adecuada o que hay pequeños errores o 

trampas en el propio pensamiento.

13. Discutir con objetividad: Retirar la pasión de mi pensamiento 

es uno de los elementos más importantes para dar paso a la 

apertura, así que es importante reconocer cuando las emociones 

están tomando control sobre la razón.

Estos trece elementos pueden ayudar mucho a los profesores a 

centrar el proceso de aprendizaje en sus alumnos y facilitar el 

diálogo en el aula. Te invito a seguirlo y practicarlo.

La autora es profesora de la 
Universidad Iberoamericana Puebla. 

Este texto se encuentra en: 

http://circulodeescritores.blogspot.com

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