viernes, junio 13, 2014

De Venezuela para el mundo

Autor: José Rafael de Regil Vélez, datos del autor haz click aquí
Publicado: Síntesis Tlaxcala, 22 de mayo de 2014

     2014 ha sido un año difícil para los venezolanos. En distintos momentos, con mayor o menor intensidad, ha habido protestas en las calles, en los medios. Tanto partidarios del gobierno como miembros de la oposición han salido de sus casas y sus oficinas y han pronunciado en todos los tonos y volúmenes posibles sus distintas visiones sobre la realidad del país que es su nación, su patria.
     La violencia ha aparecido de distintas maneras en medio de las descalificaciones de unos y de otros. Nada que no suela suceder siempre que van de por medio las ideas y prácticas políticas: se dice, se argumenta, se recurre a lo que se puede por demostrar que lo que uno dice es así y que quien no piense o diga como uno está mal y no hay nada que hacer excepto que al adversario se convierta a la propia visión y abandone la suya.
    En febrero el padre Arturo Peraza, Provincial de la Compañía de Jesús (jesuitas) en Venezuela, fue entrevistado en el programa "A fondo" de Radio Fe y Alegría en la que reflexionaba sobre la situación de la política en su país. La calificó como una acción con exceso de pasionalidad y poca racionalidad.
     El también académico e investigador universitario al comentar la crisis venezolana señaló que la praxis política no es ajena a la pasión, pero cuando se vuelve totalmente pasional se pierde el norte, se convierte a los demás en enemigos, se hacen lecturas no históricas sino histéricas de la realidad, todo mundo se reparte culpas y deja de ser visto que entre las personas a favor del chavismo y su oposición hay grupos radicales que merecen ser ubicados por su manera violenta de intentar resolver las cosas.
     En esa entrevista el clérigo señalaba que la única posibilidad para su nación era no renunciar a la razón y su instrumento el diálogo. Hacer el mayor esfuerzo para entender lo que sucede, su complejidad, sus implicaciones y a partir de ello todos los involucrados busquen los mejores cauces de solución a la situación crítica que viven.
     De Venezuela para el mundo nos viene un regalo: el recuerdo de que los problemas -que implican sentimientos y pasiones- no pueden ser abordados únicamente de manera sentimental y pasional, sino también reflexiva, dialógica, apelando a la comprensión de lo que realmente sucede para que desde allí los involucrados puedan no remarcar sus diferencias sino buscar coincidencias, puntos fundamentales, acciones nucleares.
     Pero eso no será posible si los ciudadanos no asumimos nuestra propia responsabilidad y nos formamos para comprender el mundo que nos ha tocado vivir. Mente y corazón conectados para generar el mejor lugar para vivir humanamente.

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