jueves, junio 12, 2014

Desarrollo humano y contexto vital

Autor: José Vicente Hurtado Herrera
Publicado: La Primera de Puebla, 25 de abril de 2014

      La docencia y particularmente la docencia universitaria, en este 
complicado tiempo de atención dispersa, de video juegos, de 
cultura líquida, tiene el reto de atrapar la atención de los 
jóvenes alumnos, de mover su intelecto, sus emociones, eso que 
hoy parece más complicado que hace no mucho tiempo atrás. 
     Pero el mayor reto está en colaborar en su formación como 
profesionistas competentes, y con ello que sean pertinentes 
frente a la problemática realidad social en que se encuentran, a 
fin de dar una respuesta inteligente desde su condición 
privilegiada como universitarios.
    Impartir un curso en la Universidad, nos demanda la necesidad de 
ampliar los horizontes de reflexión, de contextualizar los 
aprendizajes desde la realidad socio-histórica por la que atraviesa 
el mundo y el país. Visto desde aquí la clase no se limita a 
trasmitir una serie de conocimientos del experto maestro, sino 
de confrontar éstos con el mundo en que nos encontramos, y en 
ello no siempre colabora la gran cantidad de bibliografía 
extranjera que empleamos.
     La Psicología del Desarrollo, curso que actualmente facilito en la 
Universidad, se preocupa por atender el proceso psicológico del 
individuo a lo largo de su ciclo vital, considerando su dimensión 
tanto física, como cognitiva y psicosocial. En dichas dimensiones 
se expresan los procesos de cambio y estabilidad que ocurren en 
el ser humano desde su concepción y a lo largo de la vida 
(Papalia, 2010), lo cual se entiende por desarrollo.
     La caracterización teórica de cada etapa de desarrollo es clara, 
pero sin duda está fuertemente influenciado por el contexto 
social en que se presenta. De aquí la intención de que en un 
curso como éste los participantes no olvidemos la mediación de 
la realidad de nuestro México. En esta ocasión me referiré a dos 
etapas, la niñez y la adolescencia.
     En el desarrollo prenatal que va de la fecundación al parto, es 
una etapa fundamental en la vida del individuo, relacionado con 
la salud de la madre durante la gestación del bebé. Al respecto, 
la realidad en México es compleja, puesto que a pesar de que 
los servicios de salubridad pública se van ampliando, sin embargo 
la negligencia de las instituciones genera una pésima atención a 
mujeres que por su condición de pobreza y origen étnico, son 
objeto de maltrato. Hace meses tuvimos noticias de mujeres 
indígenas que ?dieron a luz? en el las salas de espera o jardines de instituciones de salud, 
fruto del pésimo servicio ofrecido, escenas que lamentablemente 
seguiremos viendo.
     El recién nacido, el infante temprano, intermedio y tardío, son 
las etapas consideradas para el estudio de la niñez. En esta etapa 
se insiste en el crecimiento acelerado del niño, en la madurez 
progresiva de su cerebro, y en la necesidad de que los papás 
generen vínculos afectivos con su hijo.
     El vínculo afectivo es algo que se va generando a partir de la 
presencia y compromiso de los papás en el cuidado de los hijos, 
y esta presencia se problematiza por la necesidad de muchas 
parejas de que ambos trabajen, y en este sentido los cuidadores 
(abuelos, niñeras, ?video juegos? y otros) juegan un papel 
importantísimo. Lo cierto es que la importancia del vínculo 
afectivo, nos obligar e repensar nuestra presencia, y no 
simplemente justificarnos en la necesidad o aspiración 
económica.
Según UNICEF (2014), en México viven 39 millones de niños, niñas 
y adolescentes, lo que significa que el 35% de la población del 
país tiene menos de 18 años. En materia educativa, todavía hay 
más de tres millones de niños entre 3 y 17 años que no asisten a 
la escuela. El 60% de la población indígena de 3 a 7 años viven en 
pobreza extrema.
     En continuidad con la niñez, viene la adolescencia, la cual se 
caracteriza por sus profundos cambios hormonales, así como la 
búsqueda incesante de identidad. Erik Erickson habla que los 
adolescentes pasan por la 5ª. Etapa de Desarrollo: Identidad vs 
Confusión de rol. Esta búsqueda es incesantes, experimentando, 
conociendo, la con la complicidad de los amigos, figuras claves 
en su proceso evolutivo, y el consabido distanciamiento de los 
papás.
     En esta evidente etapa de transición, los adolescentes en 
México se han enfrentado al mayor acceso a las drogas, a una 
mayor apertura a la expresión de sus preferencias y vida sexual, 
a la posibilidad de desertar de la escuela, y a las prodigiosas 
posibilidades de comunicación que les da las TICS y las redes 
sociales en particular.
     En el censo del 2010 el INEGI estimó que 1 de cada 6 nacimientos 
acontece en jóvenes de 15 a 19 años (16.1%). En 2011, la 
Encuesta Nacional de Adicciones sostuvo que la edad de la 
población que presenta mayor consumo de sustancias legales o 
ilegales, se encuentra entre los 15 y 19 años.
     Uno de los grandes retos en el trabajo con los adolescentes es la 
posibilidad de acompañarlos, de ponerles límites, de ayudarles en 
su proceso de transición, tanto como papás o como docentes.
     El desarrollo del individuo, de su cuerpo, de su cognición, de su 
psique, está más o menos homogenizado en las constantes de 
desarrollo estudiadas por los expertos, pero la peculiaridad de 
las razas, de los contextos, es un reto en cada aula, en cada 
espacio de reflexión y estudio. Negarnos la posibilidad de 
contextualizar a los alumnos, de ayudarles a vincular el 
conocimiento con la realidad inmediata, es seguir promoviendo 
una visión Universitaria que se agota en sus paredes, que se 
limita en tener una profesión sólo para comer. Nuestra misión es 
más grande: transformar el mundo y sus circunstancias.
El autor es profesor de la 
Universidad Iberoamericana Puebla. 
Este texto se encuentra en: 
http://circulodeescritores.blogspot.com
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